Llego media hr tarde al trabajo, gracias. Mientras manejaba al trabajo la cabeza retumbaba, los ojos llorosos, las náuseas.... ooooh boy, pienso "never again salir entre semana, o más bien never again tomar entre semana"... (siempre lo digo, nunca lo cumplo).... sin embargo me declaro como una superviviente de un viernes de cruda en el trabajo.... gracias... llegó a mi mente el recuerdo de la vez que en la bienvenida de mi best mate de europa nos pusimos a tomar algo llamado "limoncello" (sort of).. que tomé de muy buen gusto para amanecer al día siguiente para ir a trabajar con muchísimas náuseas, vomitando, dolor de cabeza y apestando a alcohol... estoy segurísima que ese día todo mundo se dio cuenta que seguía medio peda....limonceeeeellooooo gritaba al momento de vomitar mientras que mi amigo estaba jetón en su departamento... bad bad... ni hablar hoy sábado eso ha quedado en el pasado... Mi limoncello parte dos....
Hoy estoy pensando en algo en específico... besos...
Pero no cualquier beso... un beso robado.... a poco no es de lo más padrisísimo hermosísimo que alguien te robe un beso que además de todo lo estás deseando muchisísisisisisisimo... se siento oh fucking great.....
no tienen historias así??? mismas que muchas veces ponen en películas... donde ponen una canción hermosísima y es una escena donde uno para la trompa como si el beso nos lo fueran a dar a nosotros??? sí, así es como me gustan los besos.
That's the way i like it aja aja....
punto y aparte.
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2 comentarios:
A ver....
1. Si le encargo bastante tener más contro, hijita. ¿De perdido no manejó alcoholizada?
2. Wácala de pollo con la vomitada.... y deje usté, la pestilencia que ha de haber dejado de recuerdo.... ay no.... wácala again.
3. El primer beso con mi Mac fue uno robadísimo. Me agarró por sorpresa. Estábamos bailando una de Thalía, yo andaba media peda, y de repente, ¡madres! que me da un besote.... a mitad de la canción. Y sí, sí es como en las películas. Se detiene el tiempo, y lo único que sientes, son los labios de ella tocarse con los tuyos; solamente escuchas los latidos de tu corazón palpitar cada vez más fuerte; y en ese preciso momento, sientes que la vida te sonríe.
Así lo sentí yo.
Hablado de bechos, ¡bechos!
Oh, la cosa se vuelve mágica. Qué no?
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