Hace muchos años me deshacía en llanto por una relación terminada. Pasé literalmente dos años tirada al drama con la esperanza de que regresara. Eso, nunca sucedió. Hasta ese momento en que viví mi primer "desencanto y dolor" por alguna relación, comprendí que alguna vez yo también había causado ese dolor alguna vez. A partir de ese momento me dediqué a intentar ser la mejor pareja, la mejor persona, la mejor amiga. El dolor de esos dos años era inimaginable, increíble, inaguantable. O bueno, eso pensé en ese momento. Con el paso del tiempo me fui acostumbrando a la idea de que esa persona simplemente había vivido conmigo una etapa y así como llegó se marchó.
Después de esa relación (que fue el parteaguas definitivamente en cuanto a mi vida amorosa) empecé a vivir con menos dolor, con más tranquilidad, entendiendo que uno se acostumbra a todo, o quizá más bien aprende a vivir con ello (quizá "sin ello" sería más correcto).. y que como me dijo una psicoanalista cuando más sufrimiento pasaba.... (y yo esperaba el consejo más chingón del mundo) "No hay pena que dure cien años ni nadie que la aguante".
Al final, poco a poco las cosas se van borrando...
dejando espacio... para nuevas.
punto y aparte.
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4 comentarios:
qué chidito es leerte! A veces me llega la misma sensación, yo también sospecho que andamos por el mismo canal...
pero shshsht es secreto!no se lo digas a nadie...
shhhh... si es secreto prometo nunca contarlo....
y por cierto... gracias por andarme leyendo ;)
hecho! es un trato!
Y por cierto, no se me desaparezca de aquellos rumbos ciberneticos!
Un abrazotote!
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